AVISO: OFERTAS DE EMPLEO Y CURSOS, AL FINAL DE LA ENTRADA.
Llevo un par de semanas rumiando una noticia que me asaltó, si cabe la redundancia, sobre un asalto a un Centro de Servicios Sociales en Barcelona. El rotativo así lo expresaba: «Esta oficina de servicios sociales nunca ofrece ninguna ayuda» >VER. Invito a leerlo. Y es que, aunque en ocasiones sufrimos agresiones, pero en este caso se habla de una agresión colectiva sobre la que quiero hacer unas reflexiones: 

El artículo no puede dejarnos peor: comenzando con el título: ¿»NUNCA»? ofrece ¿»NINGUNA»? ayuda», y arrancando con las siguientes palabras: «“Lo siento, pero no hay nada”: esta es una de las frases que más pronuncian los trabajadores sociales cuando los vecinos de los diferentes barrios los visitan para pedirles ayudas económicas o puestos de trabajo. » Uff… Uno ya tiene su experiencia en lenguaje periodístico y el daño que hace la búsqueda de titulares: este es un ejemplo de ello. 

Pero no voy a hablar del caso en particular de Barcelona, del que apenas sé nada, sino en general, sobre el papel de los Servicios Sociales en relación a hechos de este tipo, ya que tengo claro, podría haber acontecido en muchos otros lugares. 
El artículo refuerza esa idea de que somos como un cajero automático, dispensador de dinero, lo cual nos hace un flaco favor: los Servicios Sociales estamos dotados (aunque poco) de recursos económicos, materiales (plazas de residencia, ayuda a domicilio, teleasistencia, centros de día, centros de menores, servicios para familias, etc) y técnicos (el propio asesoramiento y apoyo proporcionado por los propios/as profesionales). Vamos, que no somos un cajero, aunque se concedan ayudas económicas en algunos casos, es más, ni tan siquiera en ayudas económicas se nos va la mayor partida presupuestaria. 
Reducir nuestra intervención a las ayudas económicas no es sólo falso, sino que puede llevar a la conclusión de que, la solución, a falta de aumento de presupuesto, sería cargarse los Servicios Sociales y repartirse el gasto que éstos suponen entre la población que lo necesite.  Esta idea es algo que, desgraciadamente, oigo cada día más: menos aparato y más «reparto» que desde tesis neoliberales se esgrime y que en épocas de crisis toma adeptos, claro, ya que repartirse el pastel de la administración no deja de ser una tentación, aunque pueda representar aquello de pan hoy y hambre mañana.
No puedo más que citar lo escrito por Ernesto Morales (@ernestmorales) >VER sobre el asalto, que termina haciendo aún más preguntas, de las que me quedo con una: «¿podemos seguir pensando en responder reactivamente sólo desde servicios sociales, o es necesaria una estrategia que implique a muchos más actores con una visión más preventiva? ¿Estamos, desde los Servicios Sociales, posicionados en lo reactivo?; ¿hemos sustituido nuestro papel facilitador por el de servicio finalista?

Pues lamento decir que, de manera general, así es. ¿Nuestro modelo de atención es el mismo que hace 10/15 años? Si es así… mala cosa, porque el panorama no es el mismo. Personalmente hablo con muchos/as colegas que así me lo indican: profesionales que, finalmente, asumen el discurso del «no hay nada que dar» y es que, finalmente, uno acaba acostumbrándose a todo, incluido al malestar diario. 
Esta actitud institucional y profesional abona el terreno para sucesos de este tipo (y, repito, no estoy hablando del caso en particular de la noticia), fruto del desconocimiento del tremendo potencial que podemos representar para el barrio.   

Sin embargo, cada vez que escucho lo de «ya no tenemos nada que dar», me pregunto: ¿podemos hacer algo, aparte de lamentarnos? Y queriendo dar lecciones de nada, me gustaría hablar de la experiencia de mi Distrito y mi propio Centro. 

Mi Centro se encuentra en el barrio con más desempleo del distrito con más desempleo de Madrid. También es el barrio con menor Renta per cápita del distrito que ocupa el penúltimo puesto de Madrid. Vamos, que desconozco la situación del barrio de Ciutat Meridiana en Barcelona, pero no debe ser muy diferente a la del mío.
Y pongamos un ejemplo real: la Renta Mínima de Inserción (PIRMI en Cataluña, IAI en Aragón, etc.): más de 12 meses de espera desde que el ciudadano demuestra al profesional su carencia de ingresos para cubrir sus necesidades básicas hasta que ve concedida la prestación.

Ante este indignante hecho, se me ocurren dos maneras diferentes de actuar (por dibujar dos, hay muchas más):

Foto de ELPAIS del asalto
La reactiva: tramitar Rentas Mínimas a sabiendas de que no se cobrarán hasta dentro, como poco, de un año, y esperar a que la gente vuelva, angustiada y cabreada, y repetir la cantinela «mire, yo no sé nada, vaya usted a la Consejería». Probablemente, si supera el cabreo, irá a la consejería, y al decirle la persona de registro que formule su propuesta en una instancia, a la vuelta, ya no estará cabreado: estará furioso. 
Sí, a algunas personas y familias, les será ofrecida una ayuda económica municipal -para paliar el abandono de la comunidad autónoma (responsable de la RMI), no lo olvidemos-. Este hecho puede provocar, aún, en otra parte de la ciudadanía, que sufre los doce meses de cadencia, la ira, al no recibir la misma ayuda que tu vecino. Vamos: terrible. Para todos/as.

La proactiva: podemos hacer otras cosas:
a) Ofrecer a todas las familias que soliciten la RMI una ayuda económica, por ejemplo, para alimentos, sin esperar a que la gente tenga que «solicitar», sino, a instancia nuestra, lógicamente, según el número de miembros y recursos propios.>Ver experiencia. 
b) Hacer sesiones grupales con todas las personas en espera de la prestación, para informarles sobre su derecho a reclamar ante la administración (y las vías posibles), el Defensor del Pueblo, e incluso los mecanismos legales como el recurso de alzada >Ver experiencia 
c) También se puede citar grupalmente y de manera periódica a los vecinos y vecinas para informarles sobre recursos de su interés, asociaciones, e incluso el polideportivo, donde puedan recibir cierto apoyo: a veces la gente desconoce que tiene otros beneficios como desempleado y sobre cómo reclamar sus propios derechos en general >Ver experiencia. 
Insisto, no pretendo dar lecciones a nadie, pero no me parece tan difícil dejar la posición reactiva. 
Y tú, y tu institución… ¿en qué lado está/s? ¿Proactivo o reactivo? ¿hasta qué punto los terminamos siendo cómplices con nuestro silencio o «queja de pasillo»? ¿De veras no podemos hacer nada? ¿Nos tendrá que despertar la ira del vecino/a? 

Todo mi apoyo a los/las colegas de Barcelona, cuyo trabajo desconozco. Por supuesto: nunca, la violencia, está justificada, pero creo que podemos sacar una buena enseñanza de tan lamentables actuaciones.

Ahí lo dejo. Creo que hay alternativa. Sinceramente.

Nacho

Hoy aconsejo Pride, de U2. Dedicada a Martin Luther King.

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ASALTO A LOS SERVICIOS SOCIALES

15 thoughts on “ASALTO A LOS SERVICIOS SOCIALES

  • 13/11/2014 a las 07:58
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    Gracias nacho. Tus comentarios son siempre enseñanzas para mi. Mc sancho

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  • 13/11/2014 a las 06:16
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    Una vez más felicidades Nacho.
    Como señala otra compañera en una comentario también es importante salir a fuera, para analizar lo que nos pasa en un contexto más sociopolítico y generar debate sobre lo que la sociedad necesita de un sistema público de servicios sociales. Una buena práctica que integra trabajo social hecho con la ciudadanía y a la vez reivindicando es la Platafroma RMI Madrid http://plataformarentaminimamadrid.blogspot.com.es/.
    Otra: la Asociación FOROSERVSOCIAL Madrid.
    Gracias y ánimo

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    • 04/12/2014 a las 19:15
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      Muchas gracias por comentar! Efectivamente, es un tema que ya he tratado en otras ocasiones, pero quería en esta entrada referirme a las prácticas «internas». Porque, también te digo: veo a muchos profesionales que salen a la calle (muchos más que no lo hacen), pero que en sus prácticas diarias, son como los segundos ¿es lógico?

      Otra propuesta: el Colegio Profesional. Es otra plataforma, por la que yo, de momento, me he decantado. Y créeme, a través de él hemos tenido una incidencia que yo jamás hubiese soñado cuando comencé a participar.

      Un abrazo

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  • 12/11/2014 a las 18:21
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    Hola Nacho, desconozco en parte la gran problemática a la que haces frente a diario al trabajar en Servicios Sociales Especializados, pero en definitiva son parte de los usuarios que veis vosotros. También detecto que es la parte asistencialista la que predomina en lxs compañerxs de Comunitarios, que se quejan generalmente de la falta de recursos económicos. Efectivamente habrá que cambiar esquemas y optar por medidas más innovadoras y que hagan implicarse tanto a la comunidad como a lxs peticionarxs de ayudas de algún tipo de respuesta ante la grave situación por la que estamos atravesando.

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    • 04/12/2014 a las 19:17
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      Efectivamente. Lo que reivindico es que modifiquemos nuestras prácticas diarias: ese debe ser el reflejo de un posicionamiento, clarísimo. ¿puede ser que, al final, todos trabajemos igual?

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  • 12/11/2014 a las 15:28
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    Hola Nacho. Somos un grupo de estudiantes del Grado en Trabajo Social en la universidad de Lleida, y estamos cursando la asignatura de “Atención primaria en los servicios sociales”, y leemos tu blog en clase, el cual nos parece una herramienta muy interesante a la hora de compartir experiencias vividas e ideas que puedan servir a otros profesionales para mejorar los servicios.
    Hemos trabajado en grupos tu último post, y a continuación publicaremos los resultados del trabajo de reflexión de cada uno de los grupos.
    Mucha suerte en tus próximos proyectos, y felicidades!

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    • 12/11/2014 a las 15:33
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      Genial!, en la medida de lo posible, yo voy contestando. Creo que es importante que conozcáis propuestas. Yo cuando más aprendo es en Congresos, revistas y en la red, donde la gente cuenta sus experiencias y te inspiran a tener las propias. Estoy seguro de que muchas colegas hacen experiencias mucho más interesantes, pero no las difunden.. ese es un déficit que espero las nuevas generaciones nos ayudéis a superar!. Un saludo

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    • 12/11/2014 a las 15:49
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      Creemos que todo profesional debe, o debería ser, proactivo, aunque nos preguntamos ¿cómo poder serlo si nuestro sistema es totalmente reactivo?
      Los periodistas en muchas ocasiones al no pertenecer al ámbito social no están totalmente al día de las situaciones reales que pasan por los servicios sociales y maquillan la información con el fin de crear “morbo”. Esto reafirma los prejuicios que la sociedad tiene, como por ejemplo la etiqueta de dispensadores de recursos. Creemos que se debería trabajar conjuntamente, desde todos los niveles (profesionales, estado, instituciones, usuarios…), y que los profesionales puedan tener más libertad en la forma de intervenir con los usuarios/as.
      El hecho de que no haya suficientes alternativas proactivas, de “empowerment” de los ciudadanos en la reivindicación de sus derechos, también puede ser fruto del “miedo” al sistema. Los “buenos” profesionales son proactivos, pero se manifiestan como reactivos delante de las líneas de actuación que nos impone el sistema. Se debería fomentar tanto desde las universidades como las administraciones este tipo de trabajo proactivo del que hablas, promoviendo la intervención comunitaria y el trabajo en red.
      Asimismo, consideramos que no deberíamos utilizar los términos “proactivo” y “reactivo” como opuestos, ya que deberían ser utilizados como intervenciones complementarias dadas las situaciones actuales, en las que es necesario atender necesidades muy básicas por un lado, pero al mismo tiempo ser capaces de anticiparnos desde un punto de vista proactivo.

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    • 12/11/2014 a las 16:09
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      Je… el Sistema puede ser reactivo, pero nosotros, somos parte del sistema (yo cobro todos los meses de la administración y soy funcionario) Yo creo que hay margen. Nuestro centro, y los de este distrito, son un ejemplo de ello. El trabajo grupal es un ejemplo de ello. Tiene coste 0. Es proactivo por naturaleza.

      Insisto: caer en el victimismo no nos hará avanzar. Ante el mismo problema reaccionamos de manera diferente: conozco muchos sitios donde nadie plantea ayudas económicas a instancia del profesional a un perfil concreto, sino que se espera a la demanda (más o menos bien hecha, porque, a fín de cuentas, la señora del artículo, demanda ayuda económica, de manera inadecuada, claro).

      Os digo lo mismo que a la compañera que hizo el primer comentario: menos recursos económicos ¿no exigirá que los recurso técnicos hagamos un esfuerzo en organizar, en montar grupos, en hacer pedagogía ciudadana?

      En definitiva: coincido. La situación es delicada, difícil, pero lo de «El Sistema»… sí, pero cada uno tendrá que ver qué puede hacer con lo que le ha tocado… porque a veces me parece que estamos tocando los violines mientras vemos cómo se unde el «Titanic» ¿o no?

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    • 17/11/2014 a las 23:49
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      Hola, Nacho. Me ha encantado la reflexión de tu entrada. Trabajo por cuenta propia (lo que implica ser totalmente proactiva) y para una asociación que da especial importancia al trabajo comunitario y al trabajo preventivo (www.sumando.org). Cuando estudias e incluso en las reuniones y en los proyectos queda muy bien el tema «prevención» pero la prevención no suele atajar urgencias, evita que lleguemos a ellas y nunca se suelen dedicar los esfuerzos a la misma. Además de estar convencidos del poder del trabajo grupal y comunitario – y más me atrevo a decir cuando alguien tiene la posibilidad de hacerlo desde dentro de la Administración- necesitamos echar la carne en el asador, trabajar en grupo, favoreciendo todas las habilidades que aquí se han mencionado, desde la de hacer que las personas sean protagonistas del cambio -no podría ser de otra manera- hasta la de aprovechar los recursos propios (el tiempo, los técnicos,…). De acuerdo con que el sistema puede cambiarse y con hacerlo desde dentro. Será estupendo cuando las cosas cambien y las políticas favorezcan a las personas pero mientras nosotros no podemos quedarnos callados ni acomodados. Enhorabuena por tu blog.

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  • 12/11/2014 a las 12:46
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    Nacho ante tu pregunta ¿Proactivo o reactivo?, yo soy una convencida del poder enorme que tenemos lxs profesionales con intervenciones proactivas. Te sugiero que además de las que comentas consideres trabajar mas la participación de las propias personas en la búsqueda de soluciones y dentro de éstas el «salir a la calle» reclamando sus derechos.

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    • 12/11/2014 a las 15:35
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      Por supuesto, al leerlo, es verdad que no he caido en hacer la proactividad más exterior: lo que siempre llamo «disparar hacia arriba » (hacer informes a tus superiores), colaborar con la política, asociarse y , claro, salir a la calle. A ello me dedicaré en otra entrada ¡ tomo nota!. Gracias por comentar, Berta.

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  • 12/11/2014 a las 12:06
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    Hola Nacho, me gusta tu reflexión, llevo dandole vueltas a este asunto,sobre la situaciopn de las compañeras de Comunitarios, ya que al hablar con ellas, el sentimiento de impotencia y de frustracion es muy fuerte, ya que de la labor preventiva estan haciendo muy poco y estan trabajando en una linea mas asistencialista por las circunstancias en la que se encuentran las personas que acuden a sus servicios, supongo que esta situacion esta muy generalizada en el resto del pais.Yo tengo la «suerte» de estar en un recurso especializado, y mi intervención está enmarcada en las familias de los jovenes de mi centro. No realizo estas intervenciones dirigidas tanto a recursos ( me coordino con mis compañeras de comunitarios de las distintas localidades de origen de mis usuarios/as) como al desarrollo de los planes personales de apoyo de éstos.Sin embargo, las situaciones de varias familias son límites y es verdad que la respuesta es más limitada todavia. Me gusta lo que planteas de la proactividad, porque subyace en ella, ese protagonismo que las personas tienen en la busqueda de soluciones y alternativas a su situación. Me has dado «luces » para animar a estas compañeras a vivir el trabajo cotidiano desde estas claves y no desde las otras.Un saludo..

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    • 12/11/2014 a las 15:38
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      Lo es. Cierto es que la disminución de recursos en algunos lugares, deja muy poco margen de maniobra. De eso no dudo. Pero ese argumento, precisamente, da más fuerza al mío. Si tengo «menos» que ofrecer (en prestaciones), ¿no tenemos más razones para ofrecer «más» de lo técnico, para montar grupos (montar grupos tiene coste 0) e informar, para explicar, para hacer pedagogía a la ciudadanía? anima a tus colegas y diles que si necesitan algo o materiales, en la medida de mis posibilidades, ya sabes… un abrazote y gracias por comentar!

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