Ayer participé en una tuit-conversación con colegas (Belén, Luis  y Manuel, de Almería, Madrid y Barcelona respectivamente) acerca de si determinadas prestaciones de Servicios Sociales debían o no estar dentro del Sistema según precisaran o no de intervención social. Detrás, un debate muy interesante sobre la condicionalidad o no de prestaciones básicas para la supervivencia… 140 caracteres no dan para mucho (al menos para mí, hay quien hace maravillas), así que les prometí explicar mi posición al respecto a través del blog. Voy a intentarlo, avisando antes de que es mi opinión personal y no representa a ninguna institución, grupo u organización en la que pueda estar participando.

dentrofuera1.- Servicios Sociales no es lo mismo que Trabajo Social. En lo que a funciones respecta, la/el TS está para atender aquellos casos que precisan una intervención social, valoración, etc.,  para algo puntual o que precise un tiempo, con o sin prestación: en los Servicios Sociales (no en todos, lo sé), existen (o deberían existir) otras figuras, como auxiliares de Servicios Sociales y administrativas/os.  Decirlo no es incompatible con defender el derecho a tener un TS de referencia en At. Social Primaria.

2.- Que una prestación no precise intervención, no significa que no pueda prestarse desde Servicios Sociales: si hay un programa de SAD para familias monoparentales, a priori, no sería necesario, por ejemplo. Tampoco para tramitar una Renta Mínima, salvo que precise informe social por una causa concreta. Se haría desde esa pata administrativa sin mayor problema, con consulta de datos tributarios y demás, e incluso con Registro en cada Centro. Si en el transcurso, o al finalizar ese servicio, se viese preciso otro tipo de apoyos, quizá es cuando habría que valorar la posible intervención social y por tanto, la figura del /de la trabajadora social u otras figuras si existiesen.

3.- Lo de «sacar» prestaciones, es un tema que creo hay que tratar con cautela:

  • Con frecuencia se habla de depositarlas en las oficinas de Empleo o de Hacienda, lo cual colisiona con el principio de cercanía administrativa  y de descentralización que sólo la municipalidad puede proporcionar y no se garantiza que la atención vaya a ser mejor, sinceramente.
  • Por otro lado, siempre sale el argumento de la estigmatización que producen los Servicios Sociales: en Madrid, el 15% de la población tiene expediente activo en los Servicios Sociales (y la previsión es aumentar), no creo que ese estigma esté tan marcado, la verdad. Ir a Servicios Sociales no es sinónimo de nada más de que precisas apoyo, como cuando vas al de Salud o a un curso o a terapia de pareja. Todos/as precisamos apoyos de una u otra forma.
  • Otro argumento suele sustentarse en el papel de las/los profesionales (porque las/los hay mejores y peores en cualquier sector): por ejemplo en el caso de la RMI en Madrid, el papel de las TS es fundamental como salva-problemas de una norma compleja y retorcida de acceso a la misma, que ha llevado a que tramitar una RMI «niquelada» se parece más a una carrera de obstáculos que al acceso a sustento vital.  En este caso, creo que, antes de «sacar» la Renta -por lo que se optó ya en algunos lugares-, habría que operativizar un proceso de gestión ágil -administrativa básicamente-  y una cobertura inmediata desde el propio Sistema de Servicios Sociales, en lugar de llevársela a otro lugar: mucha gente -precisamente la que necesita acompañamiento social-  puede «perderse» por ello, siendo alejado de su administración más cercana, que es la municipal. Y esta reflexión valdría para otras muchas prestaciones, donde, lamentablemente, las trabajadoras/es sociales acaban sobrellevando una gran carga administrativa en lugar de dedicarse a la intervención social propiamente dicha.

Fortalecer la Atención Social Primaria es básico para no perder, precisamente a quien más lo necesita (personas o familias en mayor nivel de vulnerabilidad o exclusión), sin que quede sin satisfacer la demanda de quien sólo tiene un problema económico, por ejemplo, sería mi propuesta.

Estratégicamente y esto ya lo digo desde una visión mas «de sistema», me parece torpe «quitarse competencias»: de hecho, apenas se conocen casos en nuestra democracia (por ejemplo, en el caso de las CCAA), pero, hablando de prestaciones, yo creo que hay varias, como el subsidio para mayores de 55 o la RAI para víctimas de violencia de género, que, a mi juicio, precisan acompañamiento de manera general y no entiendo que los gestione el SEPE sin contar con los Servicios Sociales, la verdad, en ambos casos sería más lógico incluirlos en el nuestro.

Por supuesto, esta es mi opinión individual, ya expresada muchas veces, y que parte de mi experiencia profesional desde un macro-ayuntamiento, como el de Madrid (con más habitantes que Lituania y distritos que casi superan a Islandia)  con una cobertura como la que describo. Es posible que otros/as profesionales no lo compartan, y que en otros lugares y tamaños poblacionales, no sea entienda esta posición, claro, pero desde mi humilde opinión: DENTRO. Con reformas, claro («FUERA» también las precisaría) como el aumento de plantillas la formación de esas unidades de gestión rápida, la simplificación de trámites y normas y la  conexión con otros sistemas, al menos.

Ánimo.

Nacho

Os dejo con Fast Car (Tracy Chapman), interpretado por Kina Grannis

¿DENTRO O FUERA?

12 thoughts on “¿DENTRO O FUERA?

  • 17/03/2017 a las 12:12
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    Yo me inclino por un sistema de servicios sociales como el de sanidad y educación. Nadie se siente discriminado por tener tarjeta sanitaria pública (recuerdo que en muchos países si)Si establecemos comparaciones es fácil entenderlo, Renta universal , no lo veo sin valoración. Habría que contratar mas T. Sociales y que los programas sociales sean universales y bien dotados. Nuestro medico de A. primaria, no pasa 20 controles burocráticos para prescribir un antibiótico, ni intervenir en un problema de salud. Tiene una formación y una opo que le avala. Es su responsabilidad. Como la nuestra. NO SOMOS VOLUNTARIOS, SOMOS TÉCNICOS. Algún político discute con el aparejador como dibujar un edificio, donde va la fontanería??

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  • 05/03/2017 a las 10:10
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    Hola,
    Muy interesantes todas las aportaciones.
    Como trabajador social rural sobrecargado por el trabajo soy proclive a que se vayan fuera de los Servicios Sociales porque más que acompañamientos sociales nos dedicamos a luchar contra la burocracia. Es decir, nos ahoga la burocracia y no podemos dedicarnos a lo nuestro que a mi juicio es el acompañamiento social y el Trabajo Social Grupal y Comunitario.
    Ahora bien, haciendo de abogado del diablo: si no asumieran prestaciones económicas los Servicios Sociales, nuestra visibilidad caería, lo cual en un sistema, ya de por sí frágil, nos restaría protagonismo y quizá posibilidad de desarrollo, al minimizarse nuestras atribuciones .

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    • 05/03/2017 a las 11:31
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      Buenos días. Comprendo totalmente tu punto de vista, en eso de la burocracia, da lo mismo si eres «rural» que » de ciudad». Sin embargo, tiendo a pensar como lo haces en segundo lugar, y, en todo caso, antes reformar que sacar, donde ya, la cosa, dejará de ser reversible, ¿no crees?. Las personas, normalmente, vamos a Servicios Sociales a que nos «resuelvan», no a «intervención social», con lo que, sin prestaciones en sí dentro del Sistema (estén o no sujetas a intervención social), creo que éste quedaría reducido a una mínima expresión, e incluso me atrevo a decir que, en lugar de para intervenir, para valorar «si se es pobre» para que le pongan la tarifa del teléfono o le den la bolsa de alimentos, o cosas de ese estilo, es decir, lo contrario de lo que se pretendía. Gracias a ti por colaborar en el debate: tu realidad a mí se me escapa desde la gran urbe.

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  • 04/03/2017 a las 16:04
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    Totalmente de acuerdo en cuanto a las diferencias que haces entre Servicio Social y Trabajo Social, tu planteo de la necesidad de diferenciarlos, de administrativos y en qué de ninguna manera todas las situaciones necesiten y sean abordadasde mediante intervención social, que necesariamente implica un Diagnóstico profesional, estrategias, y tratamiento social.
    No puedo opinar acerca de cómo es la situación en Madrid, viviendo , conociendo y ejerciendo la profesión en otro país.
    Gracias por los aportes

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  • 04/03/2017 a las 15:55
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    Hola Nacho, me alegro de tu entrada, últimamente se te echa de menos…
    En cuanto al tema, pues como decía aquel: «no podria dejar de decir que no esté en desacuerdo contigo». Esto es, que lo de dentro/fuera me parece un falso debate. Tú mismo apuntas en la entrada lo que me parece el quid de la cuestión: la reforma del sistema.
    La postura que defiendo es que hace falta una redifinición integral de toda la política social y de todos los sistemas públicos de protección social. Sin esa redefinición ni reforma da igual lo que se haga, pues estamos en un sistema con tantas diferencias, contradicciones e indefiniciones y con unas prestaciones tan confusas, tibias y ambivalentes que no merece la pena pensar si dentro o fuera.
    Si se quedan dentro, ha de ser con reformas dentro del sistema de servicios sociales, (y del resto). Si fuera, con reformas también dentro de los sistemas donde se coloquen, (y en los demás). Si esas reformas se dan en la dirección adecuada, personalmente me da igual dónde se ubiquen. Mientras no se den, estoy más cerca de que se haga fuera.
    Dos apuntes breves más: (1) la complejidad en la tramitación y gestión de las RM es consecuencia de su confusa definición conceptual y de la falta de legitimación social que tienen (que hace que el aparato técnico y político plantee su fiscalización inmisericorde). (2) yo tampoco me apaño bien en el twitter ese para hacer debates profundos.
    Un abrazo fuerte.

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    • 04/03/2017 a las 21:34
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      Buenas, Pedro! Sí, últimamente os tengo un poco abandonados, jeje, pero tú compensas!! Eso sería motivo de una charla. Realmente me apetecía escribirla desde hace tiempo, pero me cuesta un poco pringarme porque con frecuencia las consecuencias son desproporcionadas, si bien solo busco compartir y generar debate desde lo constructivo, no siempre lo consigo, y a veces, eso genera que no me apetezca. Esto del bloguerismo lo hago porque me divierte, y si no es así, pues nada, a otra cosa, ¿no?. Según vea que se puede dialogar, seguiré haciéndolo, claro.

      En el debate que nos ocupa, totalmente contigo salvo el … mientras se den… «fuera», yo soy de la opinión contraria, pero coincidimos en el diagnóstico, sólo discrepamos en el remate final, jeje. Y sí, de lo de la RMI es exactamente eso, y en esa locura, nos arrastran a todas los/las profesionales… un abrazote y gracias por tu comentario y por estar ahí.

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      • 05/03/2017 a las 12:49
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        Bueno, Nacho, sé que te has llevado algún disgusto con algunas de tus opiniones y entradas. A mí me han parecido siempre constructivas, respetuosas y generadoras de unos debates necesarios e interesantes. Mucho más importante que estar de acuerdo en todo me parece imprescindible el díalogo sobre lo que hacemos y cómo lo hacemos. Y en eso tú has aportado mucho estos últimos años aunque en alguna ocasión alguien no te haya entendido del todo. Son los peajes de atreverse a expresar nuestras reflexiones. En todo caso, yo soy también de la opinión de que hay que disfrutar y sentirse a gusto con lo que hacemos. Abrazos.

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  • 04/03/2017 a las 15:54
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    Coincido con lo que planteas. En un país con un 15% de trabajadores pobres (FOESSA 2016) es frecuente que nos encontremos con familias que solo precisan apoyos económicos puntuales para determinados gastos (comedor escolar, etc). Efectivamente con una mejor distribución de las tareas administrativas y de acompañamiento social y una mayor coherencia y agilidad en los procesos estas ayudas podrían ser gestionadas desde SSSS. Es más, más que estigmatizar creo que ayudaría a ampliar y «normalizar» el uso de los SSSS y mejorar su conocimiento por parte de la ciudadanía . No obstante, en la medida en la que sigamos siendo la cenicienta de un de por si cuestionado Estado del Bienestar, y no se ponga a los SSSS en pie de igualdad con otros como educación o sanidad, cuesta imaginar esa posibilidad.

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    • 04/03/2017 a las 21:25
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      Totalmente contigo, pero «sacando» prestaciones, creo que el efecto sería el contrario al deseado. Yo, desde luego, me inclinaría por ello, pero como indico, son necesarias reformas importantes. Gracias, Luis.

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  • 04/03/2017 a las 13:25
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    Pues básicamente estoy de acuerdo contigo.
    Otra cosa es que el sistema de rentas y el sistema de servicios sociales son cosa diferente y lo que ocurrió es que algunas prestaciones instrumentales (de SS) dejaron de serlo al convertirse en prestaciones de «derecho subjetivo». Dónde alojar una Renta Garantizada -coincido- es un asunto delicado. ¿Que la prestación no precisa intervención? Pues si consideramos que se aplica generalmente a personas que han quemado todas las naves, que las magras cuantías los mantienen en la pobreza severa y que arrojan un saldo de dos clientelas bien segmentadas: los de siempre, inempleables a corto plazo y los recién llegados, sin mucha esperanza de salir del hoyo… yo sí veo la necesidad de intervención desde los servicios sociales (independientemente de la gestión).
    Además, la gestión desde empleo u otras instancias… no ha mostrado ser más eficiente ni mucho menos. Coincido en que es una carrera de obstáculos y en que los profesionales de los servicios sociales no pueden ni deben ser una stasi controladora del fraude.
    La Comisión Europea anda preocupadísima por combinar (integrar) las políticas de servicios sociales y empleo pero -a futuro- el error está en pensar que el acceso al empleo es el mayor instrumento para luchar conttra la pobreza o la exclusión… No creo que sea atinado en un contexto de empleos de mierda, con salarios a la baja (hemos devaluado salarios en lugar de las monedas) y cuando las necesidades de mano de obra ya no serán las post-industriales.
    Dicho todo esto… la pregunta sería: pensando en el ciudadano, ¿qué sistema puede hacerlo mejor?

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    • 04/03/2017 a las 21:23
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      Precisamente, por los argumentos que expones, me inclino más por el Sistema de Servicios Sociales, la verdad. Otra cosa es que, evidentemente, hay que acometer reformas en él si realmente queremos que sea ágil y resolutivo. Gracias por comentar,compañero.

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