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Llevo ya unas cuantas consultas y contactos los que tengo con colegas que quieren iniciarse en el tema de la intervención grupal, y andan perdidos/as en cómo hacerlo. Al parecer, en sus instituciones les empujan a ello, pero eso… como quien te empuja al precipicio, sin dar pistas, y, como con poca voluntad institucional, pero bueno…


En varios casos me cuentan que han llegado a desempolvar los apuntes de la carrera, sin encontrar, prácticamente, algo que les pueda ser útil en su situación: en atención social primaria, teniendo que simultanearlo con la presión asistencial cotidiana: eso me suena.

A ellos/as, principalmente, dedico esta entrada.

En la universidad nos enseñaron que desarrollar trabajo social grupal era más que necesario: guarda la esencia misma del Trabajo Social, lo cual comparto.  Nos mostraron ejemplos, vídeos, casos… pero ¿qué tipo de casos? ¿qué metodologías?. Cada vez que caen en mis manos textos universitarios sobre el tema, más me doy cuenta de que el empeño en formarnos sobre metodología grupal hizo que se centrasen en tipos de intervenciones casi imposibles en el marco de los Servicios Sociales de Atención Social Primaria, o al menos en casos como el mío, donde el barrio que llevo casi llega a los 6000 habitantes y llevo casi 600 historias sociales activas. Al menos es mi opinión, aunque puedo equivocarme, claro.

¿Imposible? Por supuesto que no. Pero, comenzar con grupos como aquellos que nos enseñaron, semanales, con fichas que preparar, con un perfil de usuario muy delimitado, durante varios años… me atrevo a decir que sí. Es más: yo, tan convencido del tema, tuve una experiencia durante un curso con un grupo » de los intensivos», de esos que llamamos grupos socioterapéuticos, pero sólo tras 5 años de desarrollo de otras modalidades más factibles. Aunque tengo que reconocer que fue una experiencia formidable para todos/as, sólo me atreví tras varios años.

¿Y entonces, que?


Una compañera ligada al mundo académico, a quien admiro, me dijo en un momento dado que “lo mío no eran grupos, sino reuniones grupales”. A ella se lo dije, y hoy lo repito: lo único cierto es que no cumplen el esquema aquel que nos enseñaron en la escuela, pero nadie puede negar que se trata de intervención grupal. De hecho, casi todos los grupos que he desarrollado hasta la fecha, como los GRUPOS INFORMATIVOS PUNTUALES (VER el de Ayudas económicas) o los GRUPOS DE SEGUIMIENTO (de RMI: VER) no cumplen todos los esquemas que se explican en la universidad de lo que es trabajo social grupal (roles, fases, etc.) y no me avergüenzo de ello para nada: quizá con otros objetivos, otra periodicidad, otro…  pero intervención social grupal: por supuesto. 

Además, si algo tengo claro tras mi paso por la escuela, es que, en esta profesión, la sistematización de la práctica es la fuente más legítima de construcción del cuerpo teórico: vamos, que los que definimos la profesión somos nosotros/as: quizá, la definición de Trabajo Social Grupal, y por extensión, algunos temarios de la universidad, deberían ser revisados, a mi modo de entender.

Es más, empeñarse en que sólo es trabajo grupal aquello que nos enseñaron, no produce más que resistencias entre los y las compañeras y es, por lo tanto, más que perjudicial, ya que sólo de pensar en llevarlo a cabo, con la presión asistencial que todos/as soportamos diariamente, es para tener una crisis de ansiedad cuanto menos.

Por lo tanto: mi consejo: olvidaros de aquello: ese tipo de grupos sólo pueden iniciarse tras un recorrido extenso en otras modalidades grupales. Lo mejor es comenzar con grupos informativos, grupos de seguimiento, grupos puntuales, y, antes de un grupo » de los fuertes», quizá incluso desarrollar un conjunto de sesiones (10 a lo sumo), y después evaluar posibilidades, perfiles, etc. En una entrada anterior ofrecí una tabla de experiencias ordenadas por dificultad que os vuelvo a enlazar>>VER. Espero que os sea útil. 

Es fundamental ir, de menos, a más. Plantearse empezar por lo complejo, como aquello que aprendimos en la universidad (al menos yo. espero que ahora la cosa haya cambiado), hace que, al final, nunca arranquemos con el maravilloso mundo de la intervención grupal.


Ánimo
Nacho

Hoy me viene a la cabeza esa canción de Fito y los fitipaldis: La casa por el tejado, que dice aquello de «El colegio poco me enseñó…. si es por el maestro nunca aprendo, a coger el cielo con las manos….» (con todo mi cariño para los y las colegas de la academia).

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EMPEZAR en lo GRUPAL: EN LA UNIVERSIDAD NO TE LO CONTARON

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