El título era por provocar: Snapchat jamás podrá servir como mecanismo de comunicación entre la Administración y la ciudadanía, ya que los mensajes se autodestruyen y por tanto, no ofrecen ningún tipo de seguridad jurídica. Sin embargo, quería llamar la atención sobre la necesidad de adaptarnos a los tiempos.
Y es que ando por ahí hablando del proyecto de TIC en Servicios Sociales que estamos implantando en Madrid , y no puedo evitar sentir cierto rubor al comentar que gracias a él podremos enviar masivamente información de interés a nuestros/as usuarios (por perfiles), porque… el mail, pronto, quedará desfasado.
Y es que, en la Sociedad de la Información y el Conocimiento (SIC) en la que vivimos, quedarse obsoleto es muy sencillo. Más aún si hablamos de la Administración, cuyo movimiento es más lento que el del mercado, y en un sector, el de los Servicios Sociales, que arrastra un retraso más que considerable respecto a otros. Vamos, que, o nos ponemos las pilas, o seremos objeto del trabajo de arqueólogos.
La pregunta es ¿seguiremos hablando del email como vía de comunicación dentro de un tiempo?: los nativos digitales (nacidos tras los 80) lo están abandonando a marchas forzadas, y el resto también, en detrimento de la mensajería instantánea. De hecho, hace poco una usuaria pedía mandar por whatsapp una documentación: ya lo puede hacer por email (con la aplicación del proyecto, podrá incluso subirlo a su expediente), pero la otra vía le era más cómoda. Y lo es sin lugar a dudas: los datos son claros: cada día se envían más de 30 mil millones de whatsapp en el planeta (7300 millones de habitantes).
De hecho, creo que la gran culpable de que el smartphone tenga un implantación del 81% en España -somos líderes europeos- es whatsapp, y no los cursillos de ofimática que tanto se extendieron hasta hace bien poco.
A lo que voy: habría que ir pensando en más vías que las tradicionales (doy por sentado que el «pídalo por registro» hay que eliminarlo lo antes posible). De hecho, ya se perfila que en las presidenciales de EEUU tendrán una presencia importante las redes Instagram y Snapchat, aunque son bien distintas (una orientada a las imágenes y la otra a mensajería efímera -los mensajes se autodestruyen-). Sin embargo, el mundo de la mensajería instantánea se está revolucionando igualmente: por ejemplo: snapchat ofrecerá la posibilidad de transferencias de capital, y Telegram, a pesar de una menor capacidad de contactos, permite compartir ficheros documentos (al igual que skype, lo cual poca gente conoce). Quiero decir con ello que, frente a las Redes Sociales, el uso del email cada vez será más residual, al igual que hoy ya no se mandan telegramas.
Al menos, deberíamos comenzar a pensar en whatssap. De hecho ya hay alguna experiencia de atención ciudadana (genérica), por ejemplo, en Euskadi >VER.
A todo esto, la presencia de los Servicios Sociales en las redes sociales sigue siendo bajísima. Por un lado, es cierto que las instituciones tienden a potenciar canales generalistas de atención, como es el caso de @lineamadrid en el Ayuntamiento de Madrid, que informa vía twitter, o abre incidencias (por ejemplo: si ves una farola rota, puedes mandarles la foto de manera inmediata) permitiendo que el ciudadano pueda contactar 24h los 365 dias: un sueño que ya es realidad gracias a internet. Lamentablemente, en nuestro sector son escasos los perfiles específicos de Servicios Sociales a través de los cuales la ciudadanía pueda recibir información aunque sea general: los canales de Facebook (el coloso) son casi inexistentes o no permiten interaccionar: tendremos que revisar este aspecto también: cada vez más, lo que no está en las Redes, no existe, nos guste o no.
La propuesta general es la misma en la que vengo incidiendo desde hace tiempo: es necesario y urgente que los Servicios Sociales se apropien de las TIC. En concreto, creo que habría que centrarse en tres puntos:
- Los Servicios Sociales debemos apostar por la vía telemática como modo de atención y de intervención social: hoy por email (de manera sistemática y general), mañana, por whatsapp, ¿y pasado?… pasado, ya veremos.
- Los Servicios Sociales debemos acercar las TIC a la gente, y no con cursos de ofimática -con todos mis respetos-: con un smartphone y una conexión basta (es más barata una conexión wifi libre que adquirir 10 equipos conectados).
- Deben hacerse presentes en las Redes Sociales: Twitter, Facebook, Instagram…
Por supuesto, sobra decir que los y las profesionales, debemos hacernos perfiles en RRSS y adentrarnos en las TIC: adaptarse o morir.
En definitiva. Sé que estos temas ocasionan ciertos rechazos o incluso sentimientos de nostalgia… podemos lamentarnos, pero eso no contribuirá a mejorar la situación. Es más: nuestra escasa visibilidad es una de nuestras más graves carencias.
A por ello.
Nacho
Hoy os dejo con lo último subido por la gente de Playing for change. Ripple.
La gran mayoría de las veces que te leo (un 99 %) pienso…pero como me gustaría trabajar con Nacho!
Nuevamente solo puedo sumarme a tu planteamiento.
Creo que no podemos dar la espalda a las nuevas herramientas ( en definitiva a las nuevas maneras de relacionarnos y comunicarnos), por el gran potencial que tienen.
Si que es cierto que a veces el debate de las nuevas tecnologías parece que tapa el de que tipo de servicios sociales están/estamos construyendo.
No creo que la utilización de las herramientas tecnológicas que ya utilizamos en otros ámbitos de nuestra vida y las que veremos llegar(!) contravenga con la idea de los servicios sociales idóneos y necesarios que queremos.
Desde luego es un debate muy interesante 😉
Je, gracias! Bueno, ojalá pudiese hacer todo lo que planteo… en todo caso, pesado, sí que soy, y creo que voy consiguiendo cosas, siempre, con el apoyo de muchos colegas, claro.
Mira, con el tema de las TIC, a veces sé que hay quien puede pensar que «ya está el plasta de la tablet», bueno, el debate no es si tablet si o no, sino en la oportunidad que las TIC suponen, y que creo pueden ser el elemento que más nos transforme. Cuando se nos meta en la cabeza que el ciudadano puede preguntar en cualquier momento y tengamos que contestar, cuando nuestras programaciones como profesionales y de centro tengan que estar colgadas, cuando el usuario vea el estado de sus prestaciones, los requisitos, y reclame, y nos ponga la cara colorada, y pueda consultar la espera para ser atendido, y si le parece indignante, haga un pantallazo y la cuelgue en twitter…. entonces nos daremos cuenta del gran poder transformador que las TIC pueden tener sobre los Servicios Sociales. ¿no crees?