En verano suelen darse conversaciones con nuevas amistades, y cómo no, salen tras el clásico «¿y tú en qué trabajas?».  Así, un verano tras otro, con personas de otros campos, no deja de sorprenderme percibir cierta correlación en el imaginario colectivo entre “trabajo social” y “ser buena persona”, que me provoca cierto rubor, la verdad. Parecería que llevamos de serie aquello de la bondad natural que preconizaba Rousseau. Quiero pensar que cualquiera que se metió en esta profesión partía de la voluntad de mejorar nuestra sociedad, pero de ahí a ser buena persona, habría que afinar bastante… de hecho, la historia está repleta de personas que querían mejorar el mundo (e incluso «ayudar», desde ciertos paradigmas) y han sido verdaderamente nocivas para él.

A veces escuchas “hay que valer mucho, yo no podría…” bueno… yo no podría tantas cosas… normalmente suelo contestar que hay que valer para cualquier trabajo, especialmente para hacerlo bien, porque de eso se trata: ser mediocre (o incluso tóxico/a que también hay) en algo a lo dedicas un tercio de tu día es, a mi juicio, una gran desgracia. Nuestra sociedad precisa de grandes profesionales y mejores personas en todos los sectores: nadie será tan inocente de pensar que el mundo lo cambiarán SÓLO los/las profesionales de lo social, educativo o sanitario, ¿no?.

Además, esa aproximación de definición de «ser buena persona» en relación a aquello a lo que nos dedicamos laboralmente, me resulta incluso peligroso: si invertimos los argumentos y usamos el mismo nivel de análisis, parecería que un/a economista, un/a empleado/a de banca o un/a empresario/a por definición, serían malas personas, mientras que un/a profesor/a, enfermero/a o trabajador/a social, como es nuestro caso, no. Menuda responsabilidad, ¿no?.  Luego vienen «los ayayay y los madremías», que diría José Mota: decepciones, claro. Igualmente creo que esa idealización sobre lo nuestro se da especialmente entre quienes no han hecho uso de nuestros servicios (por estadística pura, quien los usa de manera habitual probablemente conocerá buenos y malos profesionales y personas de ambas descripciones). Sería para pensarlo detenidamente, la verdad.

En mi caso, en tales conversaciones suelo justificarme diciendo que el Trabajo Social es, ni más ni menos, lo que a mí me divierte, más que ninguna otra cosa (profesionalmente hablando) y, por supuesto, no soy ni me considero mejor persona que un albañil, un abogado o un actuario. Además, tengo la tremenda oportunidad de poder vivir de ello, lo cual no puede decir todo el mundo. Sería un pésimo informático (ya lo intenté) o albañil: eso seguro.

Cambiando de tercio, a mí lo que me fascina realmente es encontrarme con personas (cualquiera que sea su oficio) que aman su trabajo, por ejemplo, al atenderte en un bar o cuando te venden unas deportivas: suele notarse quien lo hace con ilusión. Esa gente que no deja de sorprenderse ante una situación novedosa, trata a cada persona de manera única y la hace sentirse única también: esa es la gran habilidad que un/a trabajador/a social jamás debería perder. La verdad es que tengo la tremenda suerte de conocer colegas de este modo de ser: en el trabajo,  en congresos y cursos o simplemente a través de este blog. Por eso vale la pena que participemos en foros de este tipo, ya sea presenciales o virtuales.

A ellas quiero dedicar esta entrada en este día de reinicio de curso (he querido volver con algo ligerito), a pesar del verano que llevamos: ojalá no perdamos la ilusión por construir, por innovar, por buscar el lado positivo… a pesar de las muchas dificultades del camino.

Para acabar este post, quisiera que vieseis este vídeo. La marcha turca es una parte (tercer movimiento) de la sonata nº 11 para piano de Mozart. Describe el ritmo de un ejército otomano concreto que estaba de moda en la época del compositor por su exotismo. No reviste una profundidad de sentimiento especial, como podría ser un nocturno de Chopin, por ejemplo. El pianista en particular, puede haberla interpretado más de mil veces probablemente: sin embargo… mirad los gestos de su cara.  No sólo disfruta, sino que transmite ilusión a quien le escucha y ve. No digo más. clickad> https://youtu.be/uWYmUZTYE78

Ánimo. A por el curso que comienza. Seguro que podremos cosechar grandes avances.

Nacho

 

¿Trabajadoras/es sociales = buenas personas?

12 thoughts on “¿Trabajadoras/es sociales = buenas personas?

  • 15/09/2017 a las 12:58
    Enlace permanente

    Que curioso, yo observo los dos extremos en las personas q no han utilizado nuestros servicios: -Por un lado, como comentas, nos ven como «bondadosos» (que a veces percibo desde un sentido de estar ahí para escuchas a las personas o familias que te cuenten sus penas), y
    – En el otro extremo, los que nos ven como «quitadores/as de niños/as» y por tanto demonios con cuernos y todo.
    Menos mal que cada día hay más personas que nos conocen y saben que ni somos «oyentes» ni queremos quedamos con los hijos/as de otras familias.

    Responder
  • 07/09/2017 a las 09:55
    Enlace permanente

    Buen comienzo de curso a todos!
    Me parece muy acertada tu reflexión y la comparto…Yo también quiero «Buena gente» en cualquier ámbito de la vida porque además la bondad me parece más inteligente y adaptativa, más proactiva, mas recia y honorable. Y en ese sentido me preocupa los que piensan que ser «bondadoso», es sinónimo de ser poco menos que «lelo o tonto». La definición de Bondad habla de la disposición de hacer lo correcto, de obrar con un talante apacible, dulce y pacífico.
    Me parece que nuestro día a día necesita de una buena dosis y si además, le añadimos otra cualidad de la que tu hablabas ,que es hacerlo con alegría…pues todos saldríamos ganando. O no?
    Yo por lo pronto estoy dispuesta a incorporar ambas a mi trocito de mundo.
    Un saludo y a ponerle ilusión.

    Responder
  • 02/09/2017 a las 11:22
    Enlace permanente

    Hola Nacho . mi nombre es Genoveva ..tengo 3 hijos menores como la renta mínima 655 doy gracias por ello …pero hoy 1 septiembre 2017 an subido la renta minima …pero a mi no hay varias conocidas con menos hijos que le han subido 712 ..no entiendo por que a mi no …he ido a mi trabajador social no Me ha dado ninguna explicación …..no quienes se benefician de la subidada nada de nada ….muchas que si otras nada ……yo digo que estarán revisando los expediente ……xfavor alguna informacio

    Responder
  • 02/09/2017 a las 09:09
    Enlace permanente

    Gracias por el artículo.Hablaria más en términos de compasión ,ser o no ser una buena persona es un juicio tóxico y estigma para la profesión. La pasión por nuestro trabajo y los valores que están intrínsecos són los motores que nos hacen buenos y competentes «profesionales» .
    Os dejo un articulo que me publicó The Guardian (UK). Espero os guste.

    https://www.theguardian.com/social-care-network/social-life-blog/2017/jun/21/social-workers-leave-comfort-zones

    Responder
  • 02/09/2017 a las 09:06
    Enlace permanente

    Hablaria más en términos de compasión ,ser o no ser una buena persona es un juicio tóxico y estigma para la profesión. La pasión por nuestro trabajo y los valores que están intrínsecos són los motores que nos hacen buenos y competentes «profesionales» .
    Os dejo un articulo que me publicó The Guardian (UK). Espero os guste.

    https://www.theguardian.com/social-care-network/social-life-blog/2017/jun/21/social-workers-leave-comfort-zones

    Responder
    • 02/09/2017 a las 18:03
      Enlace permanente

      Tienes cierta razón, quizá no es el término más adecuado, aunque podríamos hablar entonces de qué entendemos por «buena persona», lo cual desbordaría un sencillo blog. La terminología también es un problema sobre el que habría que reflexionar. Por ejemplo, el término compasión ha sido utilizado de tales modos que a pasado a ser «prohibido» ( si bien comparto el significado real, no el asignado), se usa más bien el de empatía, al menos en mi entorno. Gracias por tu aportación y por tu artículo también. Un abrazo

      Responder
  • 02/09/2017 a las 01:25
    Enlace permanente

    Es verdad que ciertas profesiones desde mi punto de vista precisan de » cierta bondad» para ejercerlas con Mayúsculas ,. Son esas profesiones que tratan con seres vulnerables que precisan una persona enfrente con la categoría humana para poder abrirse en canal …. y eso querido Nacho ( permíteme el acercamiento por familiaridad ) requiere mucha empatía, saber escuchar, paciencia , serenidad , compasión ….. y no sólo conocimientos qué dan los estudios . Creo que tu profesión y la mía son una de ellas y como leí una vez estoy convencida que » no se puede ser un gran profesional si se es una mala persona «.
    Feliz comienzo de etapa …. un abrazo de corazón

    Responder
  • 01/09/2017 a las 14:07
    Enlace permanente

    Bueno, muchos opinan lo contrario nos llaman «roba niños» o insensibles. Me han dicho varias veces: – yo no podría, soy muy sensible.
    Como si yo no lo fuese!
    Tb nos llaman «policias sociales» a modo peyorativo . Y muchos del gremio nos dicen » los de los papeles» como si lo único q hiciesemos es pedir papeles.

    Responder
    • 01/09/2017 a las 21:02
      Enlace permanente

      Resulta curioso ver una imagen muy distante, ¿verdad?. Parecería que «nos adoran» o «nos odian». Lo que me preocupa realmente es quién hace esas apreciaciones. Tengo claro que la inmensa mayoría de las personas que pasan por los Servicios Sociales tienen muy buena impresión de nuestra labor (en el último cuestionario del Ayto de Madrid llegamos al 8,7), sin embargo esas otras «versiones» pesan sobre nosotros, y es preocupante. Creo que tenemos que hacer un esfuerzo en ser transparentes, contar lo que hacemos, etc. Gracias por comentar!

      Responder
  • 01/09/2017 a las 12:42
    Enlace permanente

    ¡Hola Nacho! Pues como bien dices, ser trabajador/a social no es sinónimo de buena persona; aunque quiero pensar que la mayoría tenemos un buen fondo jejeje. Bromas a parte, creo que hay muchos estereotipos asociados al trabajo social (para bien y para mal). Desde mi punto de vista, ese comentario es un prejuicio peligroso, generalista y simplón. Somos personas y, como tales, tenemos nuestras virtudes y defectos. Tener una u otra profesión, tener más o menos recursos, no hace a las buenas personas; y he conocido compañeros que distaban mucho de serlo.
    Respecto a amar lo que se hace… creo que ahí está el secreto (o parte) de la felicidad; así que sigamos haciendo lo que nos gusta 😉 En fin… ¡qué tengas buen comienzo de curso!
    Un saludo, Annabel.

    PD: Yo también colaboro en la blogoTSfera. Ya te sigo =)

    Responder
    • 01/09/2017 a las 20:59
      Enlace permanente

      Buenas, colega! encantado de verte por aquí. Últimamente estoy menos activo que de costumbre en redes, pero ya te leeré. Sí. Para mí lo fundamental es amar lo que haces. Enhorabuena por ser de ese tipo de gente. Un abrazo y gracias por comentar!

      Responder

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

error

Subscríbete a mi Blog