Cosas que pasan en la vida: acabar estudiando -a la vez- las mismas asignaturas que tu hijo (yo, la pasarela, él , el grado). Lo que faltaba para terminar arreglando el Trabajo Social en la sobremesa, jaja.
Te reencuentras entonces, también en casa, con el espinoso asunto de qué enfoque o modelo deberías usar según qué situación, criterio, y más dentro de una institución como son los Servicios Sociales de un municipio (y alejarte del modelo cajero).
Y, tal vez porque echo de menos la atención (he vuelto a hacerlo en algunos casos esta temporada) o por tener que prepararme para un examen (madre… lo que cuesta), el caso es que he acabado libro en mano, convencido de que es un buen momento para desempolvar los apuntes, colegas.
Y es que, vistas las tendencias :
- Reducir o eliminar la condicionalidad de la intervención social en determinadas prestaciones (IMV vs R Mínimas),
- Separar la gestión de prestaciones de los procesos de intervención mediante equipos profesionales separados (Madrid, Barcelona, p.ej.),
- Un creciente papel protagonista de la ciudadanía, no sólo en cuanto a las prestaciones a obtener (Dependencia, p.ej.), sino a su nivel de implicación (o libertad para no hacerlo) y exigencia (elección de profesionales, consulta de su historia social, etc.),
- Y la necesidad de dar integralidad a la intervención social en una familia sobre la que operan diversos agentes (múltiples dispositivos especializados, muchos de puerta abierta -sin derivación-)
Observo que cada vez son más los/las ciudadanos/as que ya no precisan de un/a trabajador/a social en Servicios Sociales (quizá de otras figuras, e incluso ni acudir a los Servicios Sociales según qué circunstancia cuando antes sí).
Por tanto, y tras el lío pandémico, considero que es un buen momento para ser más proactivos/as y dar un salto cualitativo: plantearnos aquello de la metodología, herramientas (grupos, visitas, etc.) y modelos del Trabajo Social, dando mayor profundidad a nuestro trabajo y siendo más útiles a quienes más nos necesitan.
Potencial, tenemos de sobra: de eso estoy más que seguro. Y las generaciones venideras, más aún.
Ánimo
Nacho
Pues a recuperar la esencia la relacion con el otro; eliminar las prestaciones como un reto de futuro y llevarlo a otros ambitos más allá de los Servicios Sociales.
Volvamos a estar con las personas donde estan y no para ellas ya que es su vida y tenemos y debemos acompañarles en sus procesos o en las planificaciones sin ellas.
Y ojo no olvidemos a los y las peques preguntemosles, visitemosles donde estan para que ellos participen en sus procesos; No es cuestion de modelos adminnistrativos o modas sino de la esencia de nuestra prfesion el otro como sujeto y autor de su vida
Un abrazo de un veterano aistente social con mas de 40 años de curro en esto